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sábado, 16 de diciembre de 2017

DULCE DE LECHOZA (PAPAYA)

     Hacía ya algún tiempo que no escribía una entrada nueva. Desde hace un par de meses estoy saturado de trabajo, y no me queda tiempo para escribir. Hoy he querido hacer un alto en mis obligaciones para compartir con vosotros una receta. Se trata de un postre tradicional navideño venezolano, el dulce de lechoza, bastante apreciado y que nunca falta en la cena de nochebuena.
     La idea de este post me surgió hace unos días mientras preparaba un dulce de lechoza para la cena navideña y aunque parece pronto para preparar un postre para la cena de navidad, este postre se mantiene muy bien en la nevera, incluso durante meses si está en un envase bien cerrado. El único inconveniente de prepararlo con tanta antelación es que quizá no llegue a la cena de nochebuena porque por alguna extraña razón va desapareciendo de la nevera. Como si algún duende o quizás los renos de papá Noel se lo estuvieran comiendo a escondidas (😄).
     La papaya (o lechoza como le llaman en Venezuela) es una fruta tropical con muchas propiedades beneficiosas para la salud. Entre estas propiedades se indica que es un buen diurético, aumenta las defensas debido a su contenido de vitamina C, es buena para la piel por su contenido en vitamina A, es antioxidante, mejora el estreñimiento, es rica en minerales como el potasio, fósforo, calcio y magnesio, ayuda en la digestión de la proteínas debido a su contenido de una enzima llamada papaína, tiene propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes, entre otras.
     La papaya se puede comer de muy distintas maneras: a trozos, en zumo o batido, batida con leche y también es usada para preparar postres como el que voy a presentarles a continuación. Hay varias recetas para preparar el dulce de lechoza, pero en general no varían mucho. Yo voy a presentarles la que yo utilizo y que a mi familia le encanta. 
Ingredientes:
  1 kg de lechoza verde o en todo caso que no esté madura porque se desharía al cocerla
  1 vaso de agua
 2  cucharadas de bicarbonato de sodio
 ½ kg de papelón (también llamado panela) rallado. Si no conseguís papelón podéis usar azúcar moreno de caña
5 clavos de olor
2 ramas de canela 
Preparación:
Se corta las lechozas en trozos grandes, se pelan y se retiran las semillas. Luego se cortan en trozos más pequeños (tiras de un dedo de grosor). Poner la lechoza en una olla o cuenco, cubrir con agua y añadir el bicarbonato y dejar entre 1 y 4 horas. Esto hace que la lechoza se endurezca un poco en la parte externa y no se deshaga al cocerla (algunos la ponen a hervir con el bicarbonato y abundante agua durante 2-3 minutos y luego la cuelan y lavan con agua fría). Transcurrido ese tiempo se enjuaga bien bajo el grifo para eliminar todos los restos de bicarbonato.

En una olla se coloca la lechoza escurrida junto con el vaso de agua, el papelón, el azúcar y las especias. Es importante no añadir demasiada agua porque la lechoza suelta mucha agua y luego tardará más en hacerse el sirope. Se deja cocinar destapada durante unos 15 minutos o hasta que empiece a caramelizar. Se baja el fuego y se deja a fuego medio para que el sirope se espese y la lechoza tome un aspecto translucido (1-2 horas dependiendo de la cantidad). Cuando esté lista se deja enfriar y se envasa y guarda en la nevera. No se debe remover durante la cocción porque la lechoza se rompería. Yo lo que hago a veces es que a mitad de cocción paso la lechoza a otra olla, con cuidado de no romperla, colocando abajo los trozos que estaban arriba. Así todos se cocinan más o menos por igual.

El dulce de lechoza se sirve frio de la nevera y se puede comer solo o acompañado con queso fresco o galletas.



     Así quedó el mío. Tiene buena pinta, ¡a que sí!
     Espero que lo hagáis y me digáis como os quedó. Seguro que sorprenderéis a más de uno.

¡Felices fiestas a todos y todas!

martes, 12 de septiembre de 2017

OJALÁ + SUBJUNTIVO

La palabra española ojalá proviene del árabe hispánico law šá lláh  que  significa “si dios quiere”. Esta interjección expresa un vivo deseo de que ocurra algo en el presente o futuro.

La palabra ojalá pueden emplearse sola, como una exclamación, sobre todo como respuesta a un comentario hecho por otra persona. Cuando va seguida de un verbo, este último debe ir en modo subjuntivo incluso en ausencia del pronombre relativo que. Aunque las obras académicas dan por válidas solo las formas ojalá y ojalá que, en algunas zonas de España y en algunos países hispanoamericanos, también se emplea la forma ojalá y.

Veamos algunos ejemplos del uso de ojalá:
Espero que esta pesadilla termine pronto. ¡Ojalá!
Ojalá (que) la tormenta no cause grandes destrozos.
Ojalá (que) los políticos se den cuenta de la importancia de ejercer acciones para prevenir el cambio climático.
Ojalá (que) acaben las guerras.
Ojalá el niño se porte bien en su primer día de colegio.
Ojalá (que) apruebe todos los exámenes.
Ojalá (que) te recuperes pronto.
Ojalá (que) la crisis económica acabe.
Ojalá (que) María venga mañana a  mi fiesta.
Ojalá este post te resulte útil.

Cuando el hecho deseado se ve como improbable, el verbo se conjuga en pretérito de subjuntivo:
Ojalá aprobara.
Ojalá (yo) pudiera ayudarte.
Ojalá se acabaran las guerras.

Para practicar un poco más el uso de ojalá, escuchemos dos canciones muy populares: ojalá que te vaya bonito, interpretada por la cantante española María Dolores Pradera y  Ojalá que llueva café,  del cantautor dominicano Juan Luis Guerra.

viernes, 21 de julio de 2017

ECHAR LAS CAMPANAS AL VUELO

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Esta expresión tiene el significado de “celebrar o difundir con júbilo un triunfo” y tiene su origen en el hecho de que, antiguamente, cuando no existían ni la radio, ni la televisión y mucho menos internet o los móviles inteligentes, se utilizaban las campanas de las iglesias para informar a la gente, incluso a aquellos que vivían más alejados de la zona donde se encontraba la iglesia, las cosas que sucedían.

Existían diversos toques, con ritmo diferente y utilizando una o más campanas a la vez. Cada toque estaba asociado con un tipo de información (llamado a la misa, el anuncio de que alguien había muerto, una boda, que se aproximaba algún peligro o amenaza, la presencia de un incendio, etc.) y la gente los reconocía. Aunque hoy en día aún se utilizan algunos de estos toques de campanas muchos de ellos ya no son empleados.

Cuando las campanas eran tocadas todas al mismo tiempo dejando sus badajos sueltos, de modo que se produjera un violento repicar sin el ritmo marcado para otras ocasiones se anunciaba una gran victoria o acontecimientos de júbilo. A esta manera de sonar las campanadas se le llamaba “vuelo de campanas.

El uso de esta frase se da también en sentido negativo, a manera de crítica, para indicar que se está celebrando un suceso antes de tiempo.

La expresión tiene algunas variantes:
Lanzar las campanas al vuelo
Tirar las campanas al vuelo
Echar las campanas a vuelo

Veamos algunos ejemplos del uso de esta expresión aparecidos en algunos diarios españoles:

- Mendoza "No hay que lanzar las campanas al vuelo" (Diario de Jerez, 16/02/2017).

- EPA.- CCOO llama a no "lanzar las campanas al vuelo" porque el empleo es "extremadamente precario" (http://www.20minutos.es, 26/01/2017).

- La UD Almería B no quiere lanzar aún campanas al vuelo. Aunque tiene ya casi en su bolsillo el billete hacia el 'play off ', debe confirmarlo en casa del Huétor Vega (Diario de Almería, 09/05/2017).

sábado, 24 de junio de 2017

HACER SU AGOSTO

     Esta expresión es común en el lenguaje comercial y alude a obtener ganancias, hacer un buen negocio o lucrarse, aprovechando la ocasión oportuna para ello, o lo que es lo mismo, sacar un provecho económico importante, enriquecerse en un momento u ocasión determinados.

     Pero cuál es el origen de la expresión, y ¿por qué agosto y no diciembre? La palabra agosto da nombre al octavo mes del año, pero otra de sus acepciones es “temporada en la que se hace la recolección de granos” y también “cosecha”. Hacer el agosto, por tanto, significa, recoger la cosecha y almacenarla para luego venderla con el consiguiente beneficio.

     La expresión, por tanto, proviene del hecho de que en el medio rural la recogida del grano se realizaba sobre todo durante el mes de agosto, de manera que cuando había una buena cosecha, se obtenían más beneficios de la misma una vez terminado el verano, cuando los precios del grano aumentaban.

     La expresión tiene algunas variantes:
Hacer el agosto
Hacer su agostillo,
Hacer su agosto y su vendimia

     Algunos ejemplos de su uso actual podrán ser:
- Durante el “black Friday”, los comerciantes aprovechan para hacer su agosto.
- Durante las restricciones de agua debidas a la sequía, algunas empresas que venden agua embotellada hacen su agosto.
-  Con esta ola de calor, las heladerías y ventas de ventiladores están haciendo su agosto.
- Las tiendas cercanas al puerto hicieron su agosto con la llegada de cientos los cruceristas.
- Con el inicio de las rebajas de enero, algunas tiendas hacen su agosto.

domingo, 28 de mayo de 2017

PERIFRASIS VERBALES-EL VERBO ESTAR + GERUNDIO

La combinación del verbo estar con un gerundio forma una estructura conocida como perífrasis verbal. Este tipo de estructuras combinan dos verbos: un verbo auxiliar (en este caso particular “estar”) en forma personal y un verbo auxiliado en forma no personal (infinitivo, participio o gerundio) que es la que aporta el significado conceptual de la acción. Las perífrasis verbales se utilizan para expresar distintos matices en la duración, temporalidad o intencionalidad del hablante.

Estar + gerundio” es la expresión temporal más frecuente en la lengua hablada para expresar acciones en curso, es decir, comenzadas pero aún no concluidas, es decir, expresa el aspecto progresivo.

La perífrasis “estar + gerundio”, se usa de manera habitual para:

1.- para hablar de acciones en curso ya sea en el presente, en el pasado o en el futuro. 
¿Qué estás haciendo? Me estoy afeitando.
Ayer estuve dos horas esperando el autobús.
El sábado a esta hora estaré viajando.
Estuvo lloviendo toda la noche

2.- para hablar de una situación temporal, no habitual, con expresiones de tiempo como hoy, este mes, últimamente...
María estudia en Jerez, pero este curso está estudiando en Polonia.
Últimamente estoy durmiendo poco y mal.
Manuel siempre llega temprano, pero esta semana ha estado llegando tarde.

3.- Enfatizar acciones o situaciones que se producen con frecuencia, con expresiones de tiempo como todo el rato, siempre, a todas horas, todo el día...
Los niños de hoy en día casi no hacen deporte, están todo el día jugando a los videojuegos.
Manuel está siempre chateando con el móvil.
José Luis, siempre estás llegando tarde!

4.- Enfatizar que una acción es urgente.
La casa está necesitando una mano de pintura urgentemente.
Me está haciendo falta un ordenador.

5.- Imperfecto de “estar” + gerundio. Se emplea para hablar de acciones inacabadas en desarrollo, a las circunstancias que rodean un hecho pasado. Generalmente tiene el mismo valor que el pretérito imperfecto.
Conocí a Juan cuando estábamos estudiando en la universidad=Conocí a Juan cuando estudiábamos en la universidad.
Estaba esperando el autobús, cuando de repente pasó María y me preguntó si quería que me llevara.

6.- Pretérito indefinido de “estar” + gerundio. Se utiliza para acciones acabadas pero vistas en su desarrollo. Coincide con el pretérito indefinido.
Justin estuvo viviendo en España ocho años/ Justin vivió en España ocho años.
El año pasado estuvieron viajando por el norte de Europa.

7.- Pretérito perfecto compuesto de “estar” + gerundio. Se utiliza para acciones acabadas recientemente. Suele usarse como explicación a una situación presente.
Hoy he estado todo el día trabajando, por eso tengo cara de cansado.
Has estado toda la mañana holgazaneando.

Observación:
No se utiliza la perífrasis estaba + gerundio para expresar hábitos en el pasado.
Incorrecto: Cuando era pequeño estuve jugando con mis amigos todos los días
Correcto: Cuando era pequeño jugaba con mis amigos todos los días

Bibliografía consultada
Aragonés, L y R. Palencia. 2014. Gramática de uso del Español. Teoría y práctica. Niveles C1-C2. Ediciones SM, Madrid.
Hernández P. (s.f.).  El proceloso mundo de las perífrasis y frases verbales. Consejería de Educación, Embajada de España en Brasil.
RAE. 2010. Nueva gramática de la lengua española. Manual. Espasa, Madrid